Santiago Villarreal Cuéllar
Después que el emperador Constantino, impusiera el catolicismo en el Sacro
Imperio Romano, se empezó a aguar la fiesta, porque estas prácticas
homosexuales tan comunes, se convirtieron en un sacrilegio. Hasta nuestros
días, todas las corrientes religiosas cristianas, consideran la homosexualidad
pecaminosa. El mismo criterio adoptó hace más de 700 años el islamismo, y cinco
mil años atrás, el judaísmo opinaba lo mismo. Desde esos maravillosos siglos,
hasta nuestros días, siempre se mira como bichos raros a estos hombres que se
gustan unos con otros. Muchos fundamentalistas son de la opinión de que esas
prácticas pecaminosas son heredadas de Sodoma y Gomorra. Otros más sabios,
creen que puede ser la encarnación de satanás. Y otros modernos,
seudocientíficos, culpan a la carne de pollo como la causante de tanto
homosexual.
Para finalizar diré, que el origen de la homosexualidad, está ligada a la
misma sexualidad. Toda la piel del ser humano es sexuada y el placer palpita en
cada milímetro de la misma, sin distinguir género. Existe allá, en lo más
recóndito de la mente.
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