Santiago
Villarreal Cuéllar
Lo que históricamente ha ocurrido con los
procesos de paz en Colombia, empezó: es decir, a meterle zancadillas a una
negociación que apenas comienza. Los sectores reaccionarios incrustados en la
clase terrateniente, política, militarista, grupos del clero católico y la
burguesía ortodoxa, empezaron a sacar las garras para desestimular al resto de
la sociedad colombiana sobre la “inconveniencia” de negociar con las farc.
Ellos prefieren la guerra porque para algunos es más rentable y se suplen de la
venta de armas, y víveres a las tropas, de ambos bandos por supuesto, y en
medio de la guerra seguir despojando a humildes campesinos de sus tierras. Muestran
como pruebas de la falta de seriedad de la guerrilla los recientes secuestros
de policías y el asesinato de otros. ¿Pero acaso no es el gobierno el que
prefiere negociar sin cese al fuego? Para el gobierno no importa cuantos
colombianos tengan que derramar su sangre, mientras los negociadores se
encuentran seguros en la Habana. Ese es el modelo de negociación escogido y
aunque sea cruel, quienes seguimos creyendo en la paz debemos apoyarlo.
El ex presidente Uribe mostró en su cuenta de
twitter, las imágenes de policías asesinados por la guerrilla en la Guajira.
Por cierto, recibió el rechazo de la mayoría de los colombianos. Con esto
quería el señor ex presidente conmover la opinión pública para que se
desbaraten las negociaciones. A los colombianos no solo nos debe conmover la
muerte de policías y soldados, sino la toda persona. ¿Y los cientos de
desaparecidos en este conflicto? ¿Acaso no es igual o peor de cruel? ¿Y los
inocentes que fueron fusilados por miembros del ejército en los falos positivos
para dar resultados durante el gobierno del señor Uribe? ¿Y los cientos de
miles de colombianos asesinados y mutilados con moto-sierra a manos de los
para-militares? ¿Es que esos no conmueven a una sociedad cansada de la guerra?
¿Y los guerrilleros que han muerto y continúan muriendo en esta guerra
fratricida? ¿Es que ellos no conmueven a sus familiares? ¿O es que ellos no son
seres humanos? Cualquier humano que muera en medio de este conflicto atroz debe
conmover las fibras y el sentimiento humano. Cuando se trata de seres humanos,
todos, absolutamente todos, somos iguales, sin importar el ángulo donde nos
encontremos y cualquier muerte violenta no solo es indeseable, sino
reprochable. Es por esa razón que se debe dialogar y negociar para dar punto
final a este conflicto absurdo. Y es por esa razón que los defensores de los
derechos humanos, seguimos apoyando esas negociaciones sin vacilación.
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