Santiago
Villarreal Cuéllar
El
acaparamiento y especulación con los productos básicos siempre ha
constituido un arma vil, despreciable y miserable para atacar
gobiernos, doblegarlos y derrocarlos. Esta arma ha sido usada durante
toda la historia de la humanidad; lo hicieron con la sal, el trigo,
la carne y todos aquellos productos esenciales para la subsistencia
humana. En Latino-América se utilizó para derrocar el gobierno
socialista de Salvador Allende, en Chile. Comenzaron los grandes
monopolios productores, importadores y comerciantes a esconder
productos alimenticios: azúcar, harina de trigo, sal, leche, en fin.
El pueblo raso e ignorante inmediatamente echó la culpa al gobierno
y los medios de comunicación en manos de monopolios hicieron eco,
fomentando el descontento. Resultado: el 11 de septiembre de 1973, un
golpe militar derrocó las esperanzas de los pobres.
Venezuela
vive un momento parecido, los grandes importadores de productos
básicos de ese país reciben las divisas suficientes para comprar,
pero cuando llegan las mercancías las guardan y especulan. Hay
desabastecimiento, y con los pocos productos puestos en los
anaqueles, suben sus precios acrecentando la inflación.
Pero
Colombia no es ajena a esa forma ruin de acaparar y especular. Por
estas semanas los monopolios acaparadores del arroz no colocan en el
mercado el valioso producto, ocasionando una ola especulativa y
creando el alza de este producto. No sabemos qué pretenden estos
señores molineros, acaparadores y especuladores. ¿Qué estarán
tramando? ¿Acaso quieren repetir lo de Venezuela? Lo que están
haciendo con el arroz es un crimen terrible contra la población
colombiana. Están atentando contra la vida de los más pobres de
este país. El arroz se ha convertido en uno de los productos más
esenciales en la alimentación de los colombianos, pero sobre todo de
los más pobres. La dieta básica de millones de familias colombianas
es arroz cocido y jugo. Algunas familias agregan un huevo, y los más
pudientes pollo o carne de res. El gobierno debe tomar medidas para
detener este crimen; abrir las importaciones de este producto puede
ser una medida.
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