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1/21/2015

Parejas gay insisten en adoptar niños



Santiago Villarreal Cuéllar

Se abrió nuevamente el debate sobre la adopción por parte de parejas del mismo sexo en Colombia. Una nueva demanda tendrá que resolver la Corte Constitucional, instaurada por una pareja conformada por dos hombres que pretenden adoptar un niño. Desafortunadamente en nuestro país el congreso de la república que debe legislar, no solo el tema de la adopción de estas parejas, sino la legalización del matrimonio civil de las mismas por miedo al escándalo, deja en manos del alto tribunal un asunto de su competencia. Y digo que es miedo porque la mayoría de congresistas temen perder sus feudos electorales si se pronuncian sobre este aspecto, visto por ellos como espinoso. Muchos tienen compromisos con iglesias cristianas, cuyos pastores presionan para que esta ley no prospere. En Colombia es más fácil hacerse elegir siendo homofóbico que defendiendo estas minorías.

En otros artículos me he pronunciado a favor de la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo, porque conozco bastante el aspecto médico-científico sobre una posible patología mental contraída como consecuencia de criarse dentro de una pareja homosexual, o en el hogar de una pareja de lesbianas. Conozco personalmente niñas y niños que han crecido en hogares conformados por lesbianas, como también en algunos compuestos por dos hombres. Curiosamente ninguno de estos jóvenes (mujeres y hombres) adoptó el comportamiento de sus madres y padres adoptivos. Antropológicamente, psicológicamente, psiquiátricamente, los seres humanos como los animales cuando son bebés, no distinguen ni perciben el rol masculino-femenino. La mente de los niños se adecúa a cualquier circunstancia de crianza y para él es lo mismo ver dos hombres, o uno, velando por él y prodigándole afecto, que ver dos mujeres. De hecho en Latino-América existe un alto índice de madres cabeza de familia y la falta de una figura masculina en estos hogares, no registra ninguna patología mental en los jóvenes formados en dichos núcleos familiares.

Se ha demostrado hasta la saciedad que la homosexualidad, bisexualidad, lesbianismo y otras opciones sexuales adoptadas por los humanos, no corresponden a una patología en particular, es decir, no es un enfermedad. Las ciencias médicas, sociales y humanas, a quienes corresponde hacer estudios sobre estos comportamientos, no han descubierto porqué una persona elige ser homosexual o lesbiana. Y quizá jamás se descubrirá porque ningún profesional de estas ciencias está interesado en perder el tiempo haciendo investigaciones sobre algo que no afecta, contagia, ni enferma a nadie, salvo a los homofóbicos que sienten odio hacia estas personas. Seguramente la Corte Constitucional en su sabiduría, fallará a favor la demanda de los ansiosos padres.


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