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8/09/2014

Relaciones Humanas. Criticar


Santiago Villarreal Cuéllar

Nos encanta criticar. Ante todo nos gusta criticar a los demás; criticamos su forma de caminar; criticamos nuestra vecina porque estrena un vestido nuevo; criticamos al vecino porque compró un carro nuevo; criticamos nuestra esposa o esposo, a los hijos y estos a sus padres. Lo seres humanos no podemos permanecer un instante sin criticar. Observamos y criticamos los errores de las demás personas sin mirar los nuestros. La crítica es un artículo barato que se consigue en todos los lugares y a todas horas. Lo peor es que nunca pedimos consejo u orientación y nuestros congéneres están listos a señalarnos la forma como debemos actuar, o a reclamarnos por nuestras acciones. Existen personas extremistas que juzgan nuestras acciones y comportamientos, y desean lincharnos.
Siempre me he preguntado si criticar las personas por sus actuaciones corrige sus errores y he visto que es vana esperanza. Citaré solo un ejemplo, pero existen muchísimos. En la década de los ochenta, en Colombia se criticaba a diario al narcotraficante Pablo Escobar Gaviria; todos los medios de comunicación, las autoridades, la Iglesia, el mundo en general criticaba fuertemente y acusaba a Escobar, de todos los males habidos y por haber en todo el país. Cuando el señor Pablo concedía declaraciones a la prensa, negaba tajantemente estar involucrado en algún crimen; siempre declaró que era un hombre bueno e inocente. De nada sirvieron tantas críticas, tantos llamados de atención y toda la tinta que gastaron los periódicos, la saliva de locutores, periodistas de radio y televisión. Nada ni nadie logro disuadir, ni mucho menos corregir las actuaciones de Pablo Escobar. 

Para tener buenas relaciones humanas y cultivar amistades, es preciso evitar a toda costa criticar a los demás. Cada ser humano posee sus propias actuaciones y comportamientos, muchos de ellos compulsivos o psicosomáticos que usted no podrá remediar con la crítica. La crítica hiere la autoestima de las personas, creando resistencias y resentimientos hacia quienes le critican. La próxima vez que desees criticar a alguien, muérdete la lengua.        

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