Santiago Villarreal Cuéllar
Cuando el ex presidente Álvaro Uribe Vélez empezó su campaña con miras al senado de la república, la algarabía por el renacimiento del "mecías," creían que colocaría 35 senadores.
Uribe empezó su campaña por todo el país, pero comenzó a tener dificultades con el nombre del nuevo partido político que fundaría. Después se apresuró a elegir candidato presidencial, que resultó todo un desastre porque el pobre Oscar Ivan Zuluaga siempre aparece relegado frente a Uribe.
Las cosas fueron cambiando y en algunos lugares del país, llegaron incluso a agredir verbalmente al ex mandatario, quien discutía como cualquier revendedor de plaza de mercado, igualándose a la muchedumbre. Todos esos episodios restaron respeto a Uribe y su popularidad fue descendiendo lentamente.
Hoy como están las apuestas electorales, la lista al senado de Uribe no colocará más de 14 senadores, según los analistas más optimistas. Otros son de la opinión que solo saldrán 12.
Los electores de Uribe son personas que se caracterizan por ser intolerantes, fanáticos, defensores de la guerra, personas que guardan rencor, odio y destilan ese veneno amargo originado por la nostalgia y la melancolía de la pérdida del poder, aunque la mayoría de ellos nunca lo tuvieron.
También votan por Uribe, muchos mal llamados cristianos fundamentalistas, fanatizados con sus sectas y convencidos que el ex presidente es un ser providencial, quizá enviado por ese dios de la guerra y la venganza que también destila odio, homofobia e irrespeto por los derechos humanos.
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