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6/25/2013

Haciendo pactos con el diablo



Santiago Villarreal Cuéllar
En las últimas semanas el gobierno del presidente Santos ha venido haciendo pactos con verdaderos demonios. Para empezar, recibió en su despacho al candidato perdedor de las elecciones de Venezuela Enrique Capriles, y de inmediato el gobierno del vecino país se enfureció. No era para menos, pues aunque Maduro ganó por un estrecho margen, al fin de cuentas es el presidente de Venezuela y lo será hasta el año 2019, mientras Capriles no es más que un líder opositor sin ningún poder. Después de ese incidente ningún gobierno ha recibió a ese señor; ni siquiera el presidente Obama, quien defiende a Capriles por debajo de la mesa. Para apagar el fuego, Santos roció más gasolina anunciando el ingreso de Colombia a la OTAN. Esa sí fue una metida de patas vergonzosa, porque los señores de esa organización guerrera respondieron con un, no rotundo.
Continuando con su necia insistencia de negociar con demonios, viajó a Inglaterra y después a Israel. En el Reino Unido se reunió solo con empresarios pues no fue una visita de estado, debido a que los gobiernos europeos hace mucho tiempo no invitan a los mandatarios colombianos. La sistemática violación de los derechos humanos ocurridos en los ocho años del gobierno del presidente Uribe, y los tres que lleva Santos, hacen que en Europa nos miren como parias, y no cursen invitaciones a gobiernos mal vistos por ellos.
En Israel sí fue recibido por el primer ministro, quien ofreció hasta cena. Es bueno recordar que ese país del medio Oriente, es considerado por la mayoría de naciones del mundo como el más belicoso del planeta debido a su posición hostil contra la nación Palestina. Hasta hace 20 años, cuando Sudáfrica aún mantenía el oprobioso régimen del apartheid, Israel ocupaba el segundo lugar entre los más despreciados por la comunidad internacional. Hoy ocupa el deshonroso primer lugar, y allí llegó Santos a firmar otro Tratado de Libre Comercio con nuestro país. Fuera de uchuvas y granadilla, no sé qué otros productos nos puedan comprar los israelíes, mientras ellos nos venden costosos aviones de guerra, fusiles y pertrechos para alimentar nuestra guerra interna. El presidente Santos firmó pacto con el diablo y además hizo otro oso ofreciendo sus buenos oficios para mediar entre palestinos e israelíes, en una guerra que lleva casi sesenta años, y que los sionistas no les interesa resolver por la vía pacífica, pues su principal negocio es precisamente la guerra. El presidente de los colombianos se ha rodeado de asesores que parecen saber más de circos que de relaciones internacionales.   

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