Por: Santiago Villarreal Cuéllar
La economía brasilera, que obtuvo un crecimiento estable durante los últimos ocho años, empieza un lento pero largo descenso en el próximo año 2012. En el gobierno del presidente Luis Ignacio Lulla Da' silba, la economía del coloso suramericano creció entre un 5% y 7%, en promedio, tendencia que se ha mantenido en el corto lapso de la presidenta Dilma Russell.
Pero el modelo económico mantenido en Brasil, mescla de neo-liberalismo, mescla de cooperativismo estatal, sumado a unas políticas de préstamos a bajo interés para la creación de nuevas pequeñas empresas, hace que exista una compleja maraña de inestabilidad a largo plazo. A eso lo llaman los expertos una economía "recalentada," que consiste en que el estado sirve de garante a personas naturales y jurídicas para que el sistema financiero les preste dinero. Estas "personas," muchas ni siquiera se preocupan en cancelar sus créditos, finalmente entran en quiebra, causando un desplome a las finanzas públicas, que en últimas son las que pagarán los platos rotos.
Es algo parecido a lo que sucedió en Estados Unidos hace tres años, cuando la mayoría de los bancos entraron en quiebra como consecuencia del descalabro del sistema hipotecario. Así las cosas, se avecinan negros nubarrones sobre el amplio cielo de la economía de una de las naciones más pujantes del siglo XXI, el Brasil.
SANTIAGO VILLARREAL CUELLAR
http://nuevaera66.blogspot.com/
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