Santiago Villarreal Cuéllar
Desde los albores de la humanidad los
primeros seres poseedores de una corteza cerebral más desarrollada que la del
resto de animales, intuyó la presencia de un ser superior, abstracto, invisible,
energético, cuya función constituía gobernar todos sus actos. La idea de los
dioses fue evolucionando conforme evolucionaba su cerebro; dioses y diosas
porque para los seres humanos primitivos el concepto de género en asuntos
religiosos no tenía importancia, siendo la mujer igual al hombre en este
concepto filosófico. El dios masculino es relativamente nuevo y data de cinco
mil años atrás cuando el judaísmo creó a Jehová, cuya figura es masculina. De
allí nació el machismo.
No existen datos históricos de cuándo surgió
la primera religión, pero sabemos que el hinduismo se pierde en los recuerdos
orales de la historia. De concepción filosófica politeísta, esta religión
apareció en las regiones asiáticas de la actual China, India, y sus
ramificaciones llegaron hasta el norte de Europa, de cuyas raíces son los
druidas, la religión de Wotan, celtas y muchas otras corrientes
filosófico-religiosas que enriquecieron la cultura nórdica. Hace ocho mil años
aparecieron varias corrientes religiosas en la antigua caldea; de allí nació la
astrología conocida en occidente; la frac-masonería, o masonería revelada lo
mismo que la doctrina rosacruz nació en Egipto hace siete mil años; los
gnósticos aparecieron en Grecia hace seis mil años; como no tenemos datos
históricos de las doctrinas religiosas de las culturas ancestrales de América,
tales como la Azteca, Maya, Chibcha, Inca y Mapuche, podríamos especular
diciendo que pueden tener alrededor de seis mil años. Todas las anteriores son
doctrinas politeístas, es decir que creían en varias diosas y dioses.
Las tres grandes religiones monoteístas,
judaísmo, cristianismo e islamismo datan de cinco mil años, pero debido a su
utilización por parte de los imperios para expandir sus esferas de dominio geo-político,
crecieron vertiginosamente posicionándose como las más grandes y poderosas
hasta la fecha. De todas las religiones han surgido sectas y ramificaciones,
siendo la cristiana la más prolífica. Todos los líderes religiosos argumentan
que su religión o secta es la verdadera, generando con sus afirmaciones guerras
y enemistades. Cada predicador expone una serie de argumentos con libros y
documentos en su mano, siendo imposible debatir o controvertir pues las
verdades religiosas como las filosóficas son imposibles de comprobar. La gran
mayoría de seguidores rasos de estas sectas, nacen, crecen y mueren convencidos
de la veracidad de su credo. Nunca se tomaron la molestia de averiguar, razonar
o filosofar sobre su doctrina. ¿Cuál es entonces la verdadera religión?
Sencillamente la que su conciencia le dicte.
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