Santiago Villarreal Cuéllar
Un tornillo oxidado sirve para que un
creativo ingeniero mecánico elabore una pieza para reparar el viejo motor del
automóvil; pero también reparan tractores, y los viejos trapiches de más de sesenta
años de antigüedad de los ingenios azucareros. Después de los colombianos, no conozco
en latino-América un pueblo tan creativo, recursivo y echado para adelante como
el cubano. En tres oportunidades que visité la isla y me adentré por los más
hermosos lugares, encontré diferentes formas de inventar artefactos para
mantener con vida los grandes trapiches, viejos camiones, automóviles y
tractores para no parar la producción. El embargo comercial que durante 58 años
el gobierno de los Estados Unidos ha mantenido contra Cuba, ha impedido la
modernización en muchas áreas, pero los cubanos se las han ingeniado para no
necesitar los productos de las potencias opresoras. El mismo espíritu creativo
e investigador lo han utilizado los científicos de la medicina para posicionar
este país entre los más desarrollados de América-latina en esta materia. Gracias
a ese ímpetu, a su tesón y admirable valentía,
nunca se doblegaron a los mandatos de Occidente y fue el coloso país del
Norte quien se vio en la penosa obligación moral de reconocer su derrota y
buscar el restablecimiento de relaciones diplomáticas con la isla. Detrás de
todo este proceso debe agradecerse la intervención del Papa Francisco que sin
lugar a dudas jugó un papel fundamental. Pero también hay que agradecer la
valentía del presidente Barack Obama para tomar una decisión tan drástica e
histórica. Es algo parecido a chuparse unos caramelitos amargos y comerse los
palitos.
Sin embargo, es apenas un primer paso, para
continuar el proceso de levantar el oprobioso embargo. El presidente Obama
presentará el proyecto de ley al congreso de su país, pero dudamos que sea
aprobado debido a la mayoría de escaños en manos de los republicanos, quienes
en el fondo de sus conciencias saben de las inmensas pérdidas de la industria
estadounidense por el capricho de mantener un embargo estéril, sino inútil;
pero se resisten a aceptar y prefieren tercamente mantenerlo. Creo que pasarán
varios años para que este muro de la indignidad sea levantado plenamente.
Del sistema político cubano se puede criticar
todo lo que se quiera, pero gracias a esas políticas, en la isla ningún ser
humano aguanta hambre, ni come a medias como en las democracias que se ufanan
de ser libres; tampoco duermen niños en la calle, ni hay indigentes que tanto
molestan a los ricachones de otras democracias; todos tienen salud gratuita de
calidad, lo mismo que educación hasta la universidad.
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