¿CREE USTED EN HORÓSCOPOS?

Santiago Villarreal Cuéllar

¿Cada vez que abre un periódico, busca la página donde se encuentra el horóscopo? ¿Hace lo mismo con revistas? ¿Los escucha por radio y los ve por televisión? ¿No solo les pone atención sino que cree en ellos? Aparentemente es lo más normal del mundo. Grandes personajes como el ex presidente norteamericano Ronald Reagan, tenían una astrologa a la cual le consultaba sobre los grandes problemas del país. Es decir, los Estados Unidos, entre 1981 y 1989, dependió en muchas ocasiones de las orientaciones de una astrologa. La mayoría de la gente del común cree lo que dicen los horóscopos y dan por sentado que es la pura verdad.

Existen dos clases de horóscopos: el más común, el caldeo, que supuestamente se guía por los astros y el chino que se rige por animales. El primero es mensual y el segundo es anual. Ambos son antiguos, pero el chino se pierde en el tiempo y no existen datos sobre sus orígenes. Pero veamos qué tan ciertas pueden ser las predicciones de estos horóscopos: supongamos que usted nació bajo el signo cáncer y en el horóscopo de hoy le predice que perderá su empleo. En un planeta con más de seis mil millones de habitantes, existe la posibilidad que doscientos millones de personas, también nacieron bajo el signo cáncer. ¿Será que todos perderán su empleo? Puede que la ley de las casualidades haga que mil personas de ese signo pierdan el empleo. Pero si aplicamos la ley de la lógica a estos fenómenos, nos daremos cuenta que en absolutamente nada influyen los astros en nosotros. Sucede que vivimos en una sociedad crédula, influenciada por creencias religiosas, insegura de sí misma, con muy baja autoestima, e incapaz de pensar por sí misma y deposita su confianza en seres abstractos. El mercantilismo se ha encargado del resto. Una sociedad creyente, es una sociedad propicia para ser explotada. Por esta razón, los consultorios de los astrólogos se llenan a diario de creyentes y cobran jugosos honorarios.     

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