Santiago Villarreal Cuéllar
Parece un sueño. Lo
utópico, la quimera, lo que parecía inalcanzable empieza a ocurrir en el mundo.
Los pensadores de izquierda hubiéramos querido ser protagonistas de la estocada
final a un modelo nefasto, especulativo, salvaje, satánico para hablar en
términos esotéricos. Un modelo que tiene postrado al mundo occidental en la
esclavitud moderna. La más grande humillación al ser humano donde los más ricos
en treinta años se hicieron más ricos, la clase media desapareció y los pobres
llegaron al extremo de recoger cartón para sobrevivir. La historia moderna no
había registrado tanta iniquidad en tan corto tiempo. El surgimiento en
Latino-América de la figura de Hugo Chávez, logró detener con mucho esfuerzo el
siniestro plan de la Alianza para las Américas, a la que se unió Argentina,
Brasil, Bolivia, Ecuador, Paraguay y Nicaragua. Sin embargo, Argentina,
Paraguay y Brasil, comenzaron peligrosamente a retroceder con la caída de sus
gobiernos de izquierda democrática.
El jueves 23 de
junio de 2016, fue un día histórico para el mundo, y un duro golpe al modelo
neoliberal en el corazón de Europa, donde nació hace más de treinta años con
Margaret Thacher. La separación del Reino Unido de la Unión Europea, significa
el primer golpe en esa parte del continente.
La puñalada más
certera la acaba de asestar el pueblo norteamericano al elegir el 8 de
noviembre de 2016, al señor Donald Trump, como presidente.
La extrema derecha,
como la izquierda, son enemigas del desalmado sistema y de toda esa
parafernalia de la globalización. Pero ocurrió lo impensable: los azares del
destino y de la historia quieren que sea esa derecha recalcitrante, odiada por
el gobierno invisible tan despreciada como la izquierda, la que protagonice la
lenta agonía, y futura muerte del horroroso sistema.
Sin embargo, no
debemos cantar victoria porque el enemigo invisible se levantará furioso. Viéndose
herido de muerte, puede recurrir a los más impensables y siniestros planes.
Desde asesinar a Trump, hasta protagonizar una guerra planetaria.
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