Invitación a votar

Santiago Villarreal Cuéllar

De todos los diferentes sistemas de gobierno conocidos en la historia de la humanidad, la democracia es hasta nuestros días el mejor. La división de poderes, inspirada por Montesquieu, y la promoción de los derechos del hombre, legado de ilustres filósofos como Voltaire, Rousseau, Diderót, D’ Alembert y otros enciclopedistas del siglo XVIII, inspiraron a George Washington, Benjamín Franklin y demás próceres, a independizar las trece colonias que hoy constituyen los Estados Unidos; pero también fue la chispa que prendió la Revolución francesa, y promovió la independencia de las naciones latinoamericanas. Desde entonces, el sistema democrático se instituyó como modelo de gobierno de las nuevas repúblicas. Muchas de estas naciones no constituyen el mejor modelo democrático, incluyendo Colombia, pero hasta ahora es y continuará siendo el establecimiento que más se adapta a nuestra forma de ser, nuestras costumbres y modo de pensar. Ha evolucionado en la mayoría de países que tenemos este sistema, y falta mucho para llegar hasta lo que realmente es una verdadera democracia. Pero mientras esos cambios son posibles, nuestro deber de ciudadanos y mejor, de humanos, es ayudar a mantener el sistema, participando de los distintos eventos electorales. Si participamos, si elegimos, si votamos, podemos quejarnos de lo malo que va el país pues nosotros somos protagonistas de cada acción electoral. Pero si no participamos, si no votamos, ¿cómo podremos reclamar o reprochar?

Este domingo los colombianos tenemos la oportunidad de elegir presidente de la república y no podemos ser ajenos a un acontecimiento tan importante. No importa que los candidatos no ofrezcan mayores alternativas de cambio; no importa que se hayan desbordado en hacer promesas que seguramente no cumplirán; no importa que ambos pertenezcan a una derecha que ha gobernado la nación por casi dos siglos. Lo importante es que podemos elegir, participar y decidir. Invito a mis lectores para que salgan a votar; vote por el que quiera; decida entre la guerra y la paz; y si no le gusta ninguno, vote en blanco, pero participe.

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