Santiago Villarreal Cuéllar
Esta patología
constituye el principal problema sexual de un gran porcentaje de hombres en el
mundo. Llega la excitación, comienzan las caricias, luego el macho introduce su
pene al interior de la vagina y en menos de dos minutos, tiembla, emite pujidos
y terminó. Naturalmente la mujer queda insatisfecha, molesta, con deseos de
continuar para lograr un orgasmo. Pero el pobre hombre nada puede ofrecer, a
menos que sea lo suficiente adicto al sexo para excitarse nuevamente, lograr
una erección y repetir la acción. Si cuenta con suerte en esta segunda faena
durará tres o cuatro minutos y se acabó.
Conocida como
eyaculación precoz, esta patología se debe generalmente a factores culturales.
Los adolescentes entrados en la pubertad se masturban rápidamente para
satisfacer su cuerpo y llegan al orgasmo en cuestión de dos o tres minutos, si
acaso. Este comportamiento continúa durante varios años sin controlar sus
impulsos pues el acto de autosatisfacción no permite un disfrute mutuo de la
sexualidad. Solo es una acción genital rápida, para salir del paso.
Al tener pareja, la
mayoría de los jóvenes mantienen esta tendencia, olvidando la presencia de la
otra persona que comparte con él y merece ser satisfecha de forma mutua. Es un
acto compulsivo egocéntrico con algunos ribetes de posesividad. Otros factores
culturales como el machismo, ligado a la creencia que la mujer es inferior y no
es importante en la relación sexual, crea hábitos genitales que culminan con la
eyaculación precoz.
¿Cómo tratar esta
patología? El paciente debe ante todo aceptar su debilidad. Luego, adoptará
algunos ejercicios disciplinados para modificar su comportamiento. Algunas
posiciones como permitir que su pareja se ponga encima de él durante la
copulación, ayuda a prolongar el placer y evitar una eyaculación rápida. La
pareja puede ayudar, siempre que haya acuerdo mutuo. Por ejemplo: durante el
coito la mujer puede apretar el pene de su pareja con su mano para impedir la
eyaculación. Existen otras prácticas que analizaremos en otros artículos.
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