Santiago Villarreal Cuéllar
Cuando viajo fuera del país, siempre me pregunto
por qué muchos elementos producidos en Colombia son tan caros aquí, mientras en
esas naciones son baratos; entre esos productos está el azúcar. El kilo de este
precioso manjar cuesta a mitad de precio en Ecuador, y mucho menos en Perú y
Bolivia; y ni qué decir en países centroamericanos donde es tan barato como la
sal. No solo esta fuente alimenticia es menos costosa en otros países, sino
muchos otros productos que aquí los manufacturan o se cultivan; los importados en
su mayoría son más baratos.
La respuesta es sencilla: en nuestro país existen
monopolios llamados también carteles; del arroz, pañales, papel higiénico,
electrodomésticos, llantas y neumáticos, leche, cereales, harina de trigo,
azúcar, y la lista es interminable. Aunque el Superintendente de Industria y
Comercio Pablo Felipe Robledo, ha impuesto onerosas multas a los carteles del
papel higiénico, pañales, arroz, y ahora a los señores del azúcar, estas
sanciones parece no hacer ninguna mella porque los consumidores seguimos
comprando estos productos a precios onerosos. Las multas ordenadas a los
carteles pasaron desapercibidas y no surtieron mayor efecto; pero los señores
del azúcar pusieron el grito en el cielo. No era para menos; un solo dueño de
tres ingenios azucareros es también propietario de un poderoso canal de
televisión, una cadena radial, un prestigioso periódico y una revista. Además
es dueño de la principal industria de bebidas gaseosas, una fábrica de botellas
y elementos de vidrio, lo mismo que la industria de tapas para sus bebidas
embotelladas. Todo un monopolio que puede hacer temblar al país, pero no al
heroico Superintendente Robledo. Los parlamentarios del Valle y Cauca también
se sintieron ofendidos pues la mayoría de ellos recibe jugosas sumas de dinero
de los señores azucareros para financiar sus campañas políticas. Pero extraña
la actitud de las centrales obreras, quienes hace unos años se fueron lanza en
triste contra estos industriales durante el famoso paro de los cortadores de
caña. Ahora se olvidaron de esa histórica jornada y apoyan a los señores
todopoderosos, en detrimento de millones de colombianos que diariamente
consumimos el azúcar más costoso de Latino-América.
Me parece que debemos apoyar la excelsa labor
del señor Robledo, en todas sus actuaciones contra estos carteles que atentan
contra la gente de escasos recursos económicos de nuestro país, que es la
mayoría. Los industriales azucareros pueden pagar esta y muchas multas más pues
tienen jugosos subsidios del gobierno, dejados en su momento por el señor
Uribe. Por cada galón de gasolina que se vende en Colombia, $500 van para los
azucareros.
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