Santiago Villarreal Cuéllar
Para tratar de desviar la atención nacional ante las brutales represiones contra los manifestantes, tanto de la región del Catatumbo, como de los mineros artesanales, y ante la inminente oleada de paros de los diferentes gremios del país, el presidente Santos no solo acusa a la guerrilla, sino que insinuó a un senador de la república.
Al poco rato, el inoperante y desprestigiado ministro del Interior Fernando Carrillo Flórez, dijo que se trataba del senador opositor Jorge Enrique Robledo, como si el senador no hubiera puesto la cara desde que ocupa esa alta dignidad parlamentaria.
El senador Robledo se ha destacado por ser un opositor del régimen y ha liderado, y apoyado las distintas y justas luchas que libra el pueblo indefenso, que para poder que el alto y encumbrado gobierno, en manos de esa élite oligárquica de empresarios, industriales y burgueses emergentes, tiene que recurrir a las acciones de hecho para hacer sus justos reclamos.
El senador Jorge Enrique Robledo, al igual que cientos de miles de colombianos, somos solidarios con las luchas del pueblo oprimido, y ello no constituye ningún delito, porque la protesta, la movilización y las marchas están amparadas por la Constitución Política de nuestro país.
El gobierno nacional sabe muy bien que es él y nadie más que él, el responsable de esos paros, pues nunca ha querido solucionar los problemas estructurales de una de las naciones más desiguales del mundo. Ahora pretende echarle el agua sucia a los opositores, cuando su deber es dialogar con los representantes de la protestas y llegar a verdaderos acuerdos que pongan fin a esa problémática.
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