Santiago Villarreal Cuéllar
La situación social en la región Norte santandereana se torna a cada momento más difícil, como consecuencia de las justas protestas de los campesinos de la zona que reclaman al gobierno por mejores condiciones de vida.
Las protestas se iniciaron en la segunda semana de junio, cuando cientos de campesinos marcharon pacíficamente solicitando al alto gobierno suspender la erradicación de cultivos ilícitos (coca), pero la respuesta fue la represión policial y militar.
Como consecuencia de lo anterior, miles de pobladores de la zona rural se unieron a la justa causa y se tomaron carreteras y pueblos de la región, ocasionando un verdadero problema social.
El gobierno y las fuerzas militares, como es costumbre cada que existen protestas en el país, salieron a decir que estas marchas estaban infiltradas por la guerrilla, y de esta forma intensificaron la brutal represión, y así tratar de no negociar con los labriegos.
Pero las jornadas de lucha se intensificaron aún más y el sábado 22 de junio, en horas de la tarde, dos campesinos fueron baleados por miembros del ejército y posteriormente fallecieron como consecuencia de las balas lanzadas por los representantes del establecimiento. Esa es hasta ahora la respuesta del gobierno a los reclamos justos de curtidos campesinos que llevan años sumidos en la miseria y sin ninguna esperanza de futuro para ellos y sus familias.
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