Santiago Villarreal Cuéllar
Muchos creen que solo las personas solas,
específicamente los púberes y adolescentes son quienes auto-estimulan sus
genitales o se masturban. O mejor, parten de la creencia que solo cuando no se
tiene pareja la única forma de descargar emocionalmente la genitalidad es
mediante esta práctica. Pero resulta que la masturbación no solo constituye una
fuente de conocimiento del placer que nos brinda nuestro propio cuerpo, sino
que compartirla resulta más placentera, y gratificante.
Necesariamente debemos tener una pareja
educada sexualmente, que comprenda que no solo mediante el coito mutuo se
obtiene placer, sino auto-estimulando a su pareja sin llegar a la penetración
genital. Estimular las zonas erógenas de su compañera o compañero constituyen
un elemento esencial como acto preliminar de muchas parejas para conocer sus
cuerpos, excitarse y prepararse para auto-estimularse mutuamente.
Posteriormente viene la etapa más interesante
que es la masturbación. Si son heterosexuales, el hombre puede utilizar sus dedos
para acariciar e introducirlos en la vulva y vagina de su pareja. La mujer
puede masajear suavemente el pene de su compañero utilizando sus manos, con el
propósito de prolongar el placer y evitar eyaculación precoz. Las mujeres
llegan más fácilmente al orgasmo mediante la estimulación con los dedos de su
compañero, que mediante penetración de pene.
Pero no solo los dedos originan gran placer
en las mujeres; los estímulos con la lengua de su compañero (sexo oral),
constituye una extraordinaria e incomparable fuente de placer. El sexo femenino
vivirá momentos inolvidables y embriagadores de placer al ser estimuladas sus
zonas genitales con la lengua de su pareja. Otro tanto puede hacer la mujer con
el hombre; practicar sexo oral será mucho más placentero que hacer masajes
manuales. Si son parejas homosexuales o lesbianas, también pueden utilizar
estas técnicas; en este caso será el ano la zona erógena más sensible de la
pareja homosexual. Un buen estímulo con el dedo bien lubricado o con la lengua,
ocasionará una verdadera explosión de placer a su compañero.
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