Santiago Villarreal Cuéllar
Las ondinas y nereidas, espíritus de las
aguas, juguetean cuando en lagos, ríos y cristalinas fuentes no hay presencia
humana; son la fuente de la vida; allí se originó todo vestigio viviente, dice
la leyenda nórdica hiperbórea de la antigua cultura religiosa celta de los
países escandinavos. Para la cultura Azteca, los lagos que hicieron parte de lo
que hoy es ciudad de México constituían el lugar donde se originó la vida;
estas etnias, no solo adoraban estos lugares, sino que prodigaban el más grande
respeto por los mismos. La leyenda Maya cuenta cómo emergieron del agua los
primeros pobladores de esa hermosa región guatemalteca. En la altiplanicie
donde está el maravilloso lago de Sochagota en Boyacá, nuestros hermanos
chibchas contaban de la existencia de la laguna de Bacatá (hoy Bogotá), donde
según la versión oral se ayuntaron madre e hijo para dar origen a toda esa raza
que pobló nuestra rica región andina. Los incas adoraban ríos, cataratas,
lagunas y todo lugar donde existiera agua porque según sus relatos son estas
fuentes cristalinas las que dieron origen al poblador de los Andes. En el
altiplano boliviano, rico en recursos hídricos, muchos representados en
montañas cubiertas de hielo, cuentan los descendientes de los araymaras que
allí, en esas aguas tuvo origen toda esa raza que se propagó por la inmensidad
de esas encantadoras montañas. Guaraníes y mapuches, los primeros en el Paraguay
y los segundos en Chile, coinciden en asegurar que sus ancestros provienen de
las lagunas y ríos de esos bellos países. De allí la adoración que todas estas
culturas prodigaban a las aguas.
Los científicos en astronomía, astrofísicos,
geólogos, biólogos y arqueólogos, coinciden en demostrar que toda manifestación
de vida conocida en la tierra se originó gracias al agua; sin este valioso
recurso no estarías leyendo estas líneas. Nuestro origen y el de toda especie
viviente terrenal, se debe gracias a este vital elemento y el día que
desaparezca del planeta, la vida se extinguirá. Esta lógica razón nos invita a
marchar el próximo 14 de marzo por la conservación de toda especie viviente;
marcha pacífica para decirle al gobierno nacional y señalar a las multinacionales,
que el pueblo del Huila no desea ver más represas generadoras de energía
eléctrica construidas sobre los lechos de nuestros ríos sagrados. Quienes
deseamos un futuro venturoso para nuestros hijos, nietos y descendientes,
saldremos a las plazas, carreteras y sitios de concentración a elevar nuestra
voz de rechazo. En el día de la mujer, fuente maravillosa de fecundidad, el
mejor homenaje es marchar en defensa de la Vida.
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