Santiago Villarreal Cuéllar
Cambia el paradigma; golpe duro asestado al rostro de los fanáticos, sectarios y retrógrados; el mundo cambia para bien y asegurar la paz; un gesto altruista de un gobierno todopoderoso con un pequeño estado soberano; se derrumba el mito; la teoría del Caos aplicada a las ciencias políticas se cumple.
La histórica visita del presidente de los Estados Unidos Barack Obama a la legendaria isla de Cuba y su encuentro con el presidente Raúl Castro, sepultará los últimos vestigios de odio, sectarismo, fanatismo y destilación de veneno de muchos llamados anti-comunistas que se rasgan sus vestiduras creyendo que el gobierno norteamericano aún los protege y alienta.
Pero este es apenas el comienzo de una reconciliación que por años esperábamos quienes creemos en la tolerancia, la paz y el nuevo orden mundial donde prima el interés humano, que el individualismo basado en antiguos paradigmas que parecían fantasmas asustando los nuevos vientos de la civilización se resistía a cambiar.
Bienvenida esa nueva era de relaciones entre el pueblo de los Estados Unidos y el heroico pueblo cubano que ha resistido por más de cincuenta años una discriminación absurda e injusta, que todavía ciertas mentes fanáticas se resisten a superar.
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