Santiago
Villarreal Cuéllar
“Si
un niño no recibe proteínas suficientes durante los primeros ocho
meses, tendrá un desarrollo mental por debajo de lo normal. Si a ese
niño se le da después de los ocho meses, una buena dieta
alimenticia, podrá tener buen desarrollo corporal, pero no
recuperará su desarrollo mental. Esto lo digo como médico que soy,
y profesor de medicina social.” Este es un extracto del discurso
pronunciado por el entonces presidente de Chile, Salvador Allende
Gossens, el 02 de diciembre de 1972 en la Universidad de Guadalajara
en México. Agregó, que la gran mayoría de los niños de América
Latina, tenían esa deficiencia proteínica, y que solo un grupo
minoritario (clases acomodadas), recibían una adecuada fuente
alimenticia. Dijo también en su memorable discurso, que las naciones
latinoamericanas poseíamos inmensas riquezas en materias primas
(minerales, alimentos), pero que eran pobres porque las grandes
transnacionales usurpaban esas riquezas con la anuencia de gobiernos
cómplices. Manifestó, que muchos profesores del continente no se
inmutaban al saber que teníamos un inmenso porcentaje de
analfabetas; lo mismo dijo de muchos médicos, que olvidándose de
sus principios humanistas, no les interesaba que mucha gente no
pudiera pagar su consulta y mucho menos comprar los medicamentos.
Todos estos problemas eran ocasionados por falta de unas políticas
estatales que marginaban grandes sectores de la sociedad,
impidiéndoles obtener buen desarrollo y una buena calidad de vida.
Cuarenta
años después, muy poco de lo dicho por Allende ha cambiado en este
continente y su pensamiento continúa vigente. Seguimos teniendo
deficiencias alimentarias en grandes segmentos de la población;
continuamos produciendo materias primas, pero no las manufacturamos y
las multinacionales siguen saqueando nuestros recursos energéticos,
mineros y alimenticios; poseemos un gran porcentaje de analfabetismo,
salvo algunas excepciones (Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia y
Argentina), que han logrado universalizar la gratuidad de la
educación; la salud continúa siendo en la mayoría de países
latinoamericanos un privilegio de pocos.
En
su juventud, recién graduado de médico, Salvador Allende se dio
cuenta de las desigualdades sociales de su país y abrazó las ideas
marxistas como un camino para lograr la equidad social en Chile.
Predicando estas creencias, fue legislador en varias oportunidades, y
después de varios intentos logró llegar a la presidencia de su país
en 1970, siendo la primera vez en la historia del mundo que un
marxista llegaba al poder por la vía democrática. Sin embargo, las
élites chilenas y el gobierno norteamericano no aceptaron semejante
desafío, y un martes 11 de septiembre de 1973, un golpe de estado
acabó con su vida y las esperanzas de su pueblo.
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