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7/25/2013

¿Usted mataría un niño?


Santiago Villarreal Cuéllar
Hasta los más grandes criminales tienen reglas a la hora de decidir asesinar una persona. Algunos tienen en sus “códigos de honor,” no matar ni mujeres, ni niños. Salvo los casos de para-militares que en Colombia no tuvieron escrúpulos y en algunas regiones no perdonaron la vida de las mujeres, ni de los niños, los demás asesinos profesionales y a sueldo tienen cierta consideración, especialmente por los menores.
¿Qué pensará usted y yo, de semejante horror? Los seres humanos civilizados, de principios morales, éticos y humanistas, nos horroriza cada que escuchamos que un niño ha sido asesinado. Y traigo a colación este espeluznante tema, porque en el municipio de Pitalito ocurrió el lunes 22 de julio un crimen horrendo y cobarde. Brayan Nicolás Imbachí Fajardo, un niño de escasos nueve años, estudiante de primaria de una institución educativa pública, fue asesinado a balazos. Esto debe conmocionarnos; este terrible caso debe llamar la atención de toda la sociedad y nuestro deber constituye lanzar una protesta generalizada contra esta clase de casos. No podemos quedarnos con los brazos cruzados, viendo como asesinan inmisericordemente a nuestros niños, que son la semilla que germina y crece para continuar haciendo patria. Estas pequeñas criaturas, ángeles inocentes, no pueden ser cobardemente asesinados por dementes que ni siquiera piensan a la hora de cometer crímenes.

Las autoridades policiales y judiciales, no deben escatimar esfuerzos a la hora de buscar estos malvados y ponerlos a buen recaudo. Y las personas que de alguna manera sepan, o tengan algún conocimiento, alguna pista sobre estos sicópatas, deben colaborar con información. No deben tener miedo por su vida, sino que deben pensar en sus propios hijos, porque si estos asesinos siguen sueltos, mañana podrán asesinar a nuestros propios pequeños. Aquí no debe haber tolerancia; aquí no se puede dar tregua a estos criminales; la justicia debe llegar de forma implacable y ejemplar. Nuestro sur del Huila no puede albergar asesinos de esa laya, porque ello constituye un serio peligro para nuestros niños.   

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