Santiago
Villarreal Cuéllar
De todos es conocido que el año
pasado los cultivadores de café pasaron las duras y las maduras como
consecuencia de la caída de los precios del grano. Los expertos dicen que la
crisis es mundial y acusan, en parte, a la difícil situación económica por la
que atraviesa Europa. Otros economistas manifiestan que se debe a la
revaluación del peso frente al dólar. De ser ciertas estas causas, tendremos
crisis para largo tiempo porque la situación europea cada día se acentúa más, y
la revaluación de nuestra moneda continuará este año, según los expertos. Los pequeños
cultivadores de café ponen los ojos en el Estado, pero este parece mirar para
otro lado. El gobierno dice que está fuera de control manejar los precios del
grano. ¿Entonces a quién acudir? Los campesinos están programando un paro para
hacerse escuchar. Cuando las soluciones no llegan mediante la petición formal,
están las vías de hecho pero dentro del derecho. No me cabe duda que este paro
es justo y necesario. La economía cafetera mueve amplios sectores de la vida
económica nacional y no podemos ser ajenos a esta realidad.
¿Qué piden los cafeteros? No
existe coherencia en sus solicitudes y esa es su gran debilidad. Cuando se
inicia una lucha justa debe haber unos propósitos y metas concretas, con
posibilidades de ser realizadas. En mi concepto, los caficultores deben pedir
al Estado los siguientes puntos: primero: realizar análisis de suelos de sus
parcelas, subsidiados por el Estado, para saber qué clase de tierras poseen y
cuales son las deficiencias nutricionales de esos suelos; segundo: subsidiar
los agroquímicos necesarios para el mantenimiento del cafeto. En todo el mundo
los fertilizantes sintéticos, fosfatos y químicos agrícolas son carísimos;
tercero: que el Estado subsidie pólizas de seguro para riesgos de cosechas
(sequías, inundaciones, cambios climáticos etc.), para de esta manera sembrar
sin correr riesgos; cuarto: el Estado debe subsidiar pólizas de seguro de precios
sustentables. Es decir, una aseguradora le garantizará al productor un precio
de sustentación, aunque estos caigan a nivel nacional e internacional. Algunos
dirán que estas propuestas son utópicas e irrealizables. ¿Entonces porqué otros
países lo hacen? Están los ejemplos de Europa, Canadá, Australia, Estados
Unidos, Venezuela, Ecuador.
Me parece que si el gremio
cafetero hace estas solicitudes y el gobierno accede a ellas, estará resuelto
el problema del agro para largo tiempo. Las soluciones para nuestra agricultura,
que sigue siendo la cenicienta del Estado, deben ser estructurales y no simples
paliativos para mitigar el momento. Se trata de la seguridad alimentaria de la
nación.
0 comentarios:
Publicar un comentario