Santiago Villarreal Cuéllar
Desde principios de septiembre se inició en una amplia área de la Cordillera Oriental, la llamada Operación Júpiter, comandada por el general Emiro Barrios, comandante de la Fuerza de Tarea Júpiter.
En el operativo participan cerca de 10.000 hombres de las fuerzas especiales y la misión principal es capturar, vivo o muerto, al comandante de la columna móvil de las farc, Teófilo Forero, Hernán Darío Velásquez Saldarriga, conocido con el alias de "El Paisa."
Sin embargo, la operación hasta la fecha ha sido fallida. Y es que desparramar diez mil hombres en una zona montañosa, con densos bosques y una topografía agreste, es como descargar una pulga en el lomo de un elefante para tratar de doblegarlo, es decir, no causa ningún efecto.
Y aunque se difundió una falsa noticia sobre la presunta incautación de computadoras y otros accesorios en un supuesto campamento guerrillero, el mismo general Barrios desmintió este hecho y reconoció que hasta ahora, nada se ha encontrado.
La operación va con todo, y al igual que el tifón Haiyán, que destruyó una extensa isla de las Filipinas, los bombardeos de la aviación que acompaña la operación Júpiter, han arrasado parcelas, ranchos campesinos, animales domésticos, y cultivos de fríjol, maíz, yuca, plátano y otras especies agrícolas. Eso sin contar los miles de animales salvajes, entre aves, mamíferos y demás, lo mismo que extensas franjas de bosques destruidos al estallar las bombas.
Pero claro está que al gobierno no le interesa la suerte de los campesinos y colonos de esa región de Colombia, mucho menos le interesas los daños ambientales causados a la flora y fauna de esa rica zona montañosa de nuestra bella geografía.
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