Santiago
Villarreal Cuéllar
Un hilo
negro desciende por la pendiente, ocasionando la muerte casi inmediata de la
vegetación por donde corre. La pequeña quebrada de color oscuro, pegajoso y de
olor metálico, finalmente desemboca al lecho de la quebrada de agua dulce, la
misma que varios kilómetros más adelante es canalizada para servir de acueducto
para proveer de agua potable a miles de moradores. Las aguas así contaminadas con
petróleo crudo, no se pueden consumir durante varios días, ocasionando
perjuicios a estas comunidades. Estas son las consecuencias del tránsito
permanente de enormes carros cisternas, que sin ningún control recorren las
carreteras, llevando peligrosas cargas de petróleo y cuando se accidentan, el
derrame de crudo produce contaminación. Las desvencijadas vías, abandonadas por
el gobierno nacional, también se convierten en lodazales y la capa asfáltica se
deteriora cada minuto ante semejante trajín. Y qué problema para que el INVIAS
haga mantenimiento a nuestras carreteras. En algunos lugares la ciudadanía y
transportadores se ven obligados a realizar protestas, y hasta paros para
lograr ese derecho. No sabemos dónde van a parar los dineros recaudados por concepto
del impuesto de peajes, que en este país es carísimo. Sería bueno saber si las
compañías multinacionales, expoliadoras de nuestros recursos naturales, aportan
algún impuesto para reparar los daños causados a nuestras carreteras, o si
tributan a los municipios por donde pasa su pesada carga. Seguramente no pagan
nada pues muchas de ellas están exentas de otros impuestos. Es que las mismas
regalías que dejan estas empresas saqueadoras, son irrisorias. Así se maneja lo
más preciado que una nación soberana puede tener como son sus recursos
naturales y energéticos.
El alcalde
municipal de Pitalito, viene exigiendo desde hace varios meses a estas
compañías transportadoras de crudo, que deben presentar un plan de contingencia
para que se responsabilicen de los daños ambientales, posibles accidentes y
hasta pérdida de vidas humanas. Sin embargo, solo unas pocas empresas cumplen
con ese requerimiento, mientras las restantes han hecho caso omiso a la
petición del burgomaestre.
Tras de
ladrones bufones. Ahora amenazan al alcalde de Pitalito con un paro de camiones
cisternas, si la administración insiste en hacer cumplir las normas. La ciudadanía de Pitalito debemos
rodear y solidarizarnos con el señor alcalde, para impedir que estos
empresarios hagan semejante atropello. Ningún laboyano debe de escatimar
esfuerzos en apoyar nuestro alcalde Pedro Martín Silva, en esta empresa de
proteger el medio ambiente, las aguas, pero sobre todo la vida de nuestros
ciudadanos. Los alcaldes de otros municipios por donde transitan estos camiones-cisterna,
deberían seguir el ejemplo del alcalde Laboyano.
0 comentarios:
Publicar un comentario